Page 13 - Sangre de Lunas
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cual por el juicio que mejor le acomode.
                    Cuentan en Tres Algarrobos que fueron los Luna, si no los fundadores
            del pueblo allá por los albores del siglo pasado, sí sus primeros habitantes, pues
            el primero de ellos y del que arrancan todos los demás, Esteban Luna, creció
            en aquellas tierras de indios pampa. Este, a la sazón bisabuelo de nuestro hom-
            bre, era indio con algunas gotas de sangre cristiana y fue, además del primer
            habitante censado que tuvo la pedanía, quien cedió las primeras hectáreas para
            fundar el cementerio de la aldea, porque los pueblos de esta región arrancan
            desde este, piedra angular de una secular tradición, medio india, medio criolla.
            De ahí en más, y siguiendo a carta cabal los trazados de los planos, nacían las ca-
            lles formando cuadrículas como si estuvieran dibujando de un inmenso mapa;
            y, por último, sobre las manzanas, respetando amplias zonas para aceras y parte
            del predio para jardines o patios, se levantaban las casas, por lo común en una
            sola planta, salvo para aquellas familias de mayor acomodo, quienes lo hacían
            en dos.
                    En fin, en lo que al linaje de los Luna se refiere, Esteban, tronco del
            que nacieron frondosas y secas ramas, casó con Benigna Santos, quien le dio
            seis vástagos: Donata, que a su vez tuvo cuatro hijos; Jara, que marchó a vivir
            primero a Los Toldos y después a Buenos Aires; Gabina, que tuvo cinco reto-
            ños; Ambrosio, que casó con Zenobia y le dio doce criaturas; Juan, que tuvo
            dotes de curandero, además de ser un experto semiólogo en la más pura tradi-
            ción india; y Pedro Luna, rama de que la que nace el ramal que nos interesa.
                    Pedro Luna se casó con Decena Díaz, quien le dio tres hijos: Tito,
            Esteban y Luis. Tito Luna, que fue el ojo derecho de su padre desde su alum-
            bramiento, se casó con Higinia Valdés, a quien unos le dieron el remoquete
            de la Lechiguana y otros el alias de la Víbora por su carácter rijoso y rebelde.
            Esta aportó dos hijos al matrimonio y le dio a Tito tres más, hay quien dice
            que de diferentes padres, hay quién que siempre de Tito: Rubén, fruto de un
            matrimonio anterior, era el mayor; y Ernesto, de la misma camada de Rubén y
            nuestro personaje, quien a su vez se casó con Rosa Repetti, con quien esperaba
            ya su primer descendiente; Jorge era el más apuesto y pendenciero, primer hijo
            natural de Tito y tercero de la Lechiguana; Lorena, la única mujer de todos, y la
            segunda hija del Luna; y Pelusa, el benjamín, de quien pocos conocen el nom-
            bre aunque aún vive todavía y es joven, hay quien dice que el vivo retrato de su
            abuelo Pedro y del bisabuelo Esteban.
                    Este era el ramal de los conocidos como Lunas Malos y, al caso, el que
            nos concierne para este relato.
                    Todos los Luna, sin embargo, ya fueran de las ramas buenas o malas
            de este árbol que hunde sus raíces en esas tierras mucho antes que Tres Alga-
            rrobos se levantara, eran los mejores gauchos que se pudieran imaginar. Todos

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